domingo, 20 de julio de 2014

mi dualidad






Soy dualidad…








Me siento a veces  impotente pero en otras estoy  eufórica.
Nerviosa y pesimista con una cantidad de energía positiva que  explosiona  a raudales.
Capaz de sostener y elevar pero también sonrisa que llora a veces. Soy unos ojos que lloran, soy ojos que se ríen.

Adolescente que  se puede  emocionar por un panchito, pero mujer que va de dura a la que no le tiembla la mano y es muy capaz de atizar con látigo si tiene que defender lo suyo.
A veces niñata con pataleta infantil y vieja que conoce el hastío  por las sensaciones y el reflejo de lo que ya ha vivido.



Gata mimosa que ronronea, negra pantera hambrienta y acechante. Valiente en la vida y tímida.  En una invisibilidad consciente… visible e invisible  a diario.

Pero soy guerrera dispuesta para la  batalla. Puntal y columna para soporte de duros o sutiles envites.
Muy observadora.

Siento tanto la ausencia en la piel como  la alegría y el disfrute en la caricia. Percibo en mi que lo que tengo, mi esencia es grande aunque mi presencia sea muy pequeña.



Capaz de sangrar si me duele… de sentir ya sea lo bueno… o ya sea lo malo… pero también indolente y fría a veces  aunque por dentro me esté abrasando.
Soy una página de libro en blanco que trata de pintarse  a diario, de componerse y de escribir… con calma pero  a su propio paso. Que quiere seguir creciendo, aprendiendo e investigando.
Sin prisa, pero sin pausa... avanzando... siempre avanzando



Palabra que calma sutil y abrazo que consuela. Dulce cuando y con quien me sale pero sin empalagar. No soy de  de llantos lastimeros.
Susurro calladamente, grito en silencio. No hablo mucho, lo sé… casi  siempre callo a veces con mucho ruido…

Siempre te diré la verdad … menos cuando mienta para salvarte.
Siempre seré de las que bailan con los pies, con las manos, con los brazos… con el cuerpo… pero sobre todo con el alma. Siempre, siempre bailando.
Ahora en calma,  parada, observando y esperando.



Estoy en ardiente deseo y viviéndolo, a veces  de la manera más apacible,  respirando, oliendo, creciendo, probando ... y en otras  imaginando.


Átame en corto pero  déjame mi espacio.
Agárrame! Porque necesito sentirme atada a ti pero suelta.  Respiro en ti y me mata sentir el ahogo de la ausencia.

Presente estando ausente y ausente si no tengo “la presencia”.


Adoro la noche aunque  viva el día con su sol que me ilumina en la misma medida que la luna.

Así soy, en parte, así de rara.
Así de dual.




amapola

2 comentarios:

  1. En la dualidad siempre hay un equilibrio. Lo importante es hallarlo. ¿Quién no se ha sentido así en alguna ocasión? Lo malo sería no haber pasado por ello.
    Y cuando es realmente bello como lo has escrito, qué importa.
    Besos de Pecado.

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    Respuestas
    1. En ese camino estoy..
      Gracias por comentar y valorar mi escrito.
      Un abrazo
      amapola

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